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Alojarse en una comarca rodeado de valles, ríos y montañas, inspira sin duda una escapada romántica o familiar en cualquier temporada del año. Precisamente, en el municipio de L'Espunyola, en la comarca de Berguedà (provincia de Barcelona), se encuentra la casa rural Salt del Colom que cumple estos requisitos para una estadía inolvidable.

Esta casona permite al huésped disfrutar del entorno privilegiado del paisaje pre-pirenaico y de la cercanía a la capital de la comarca, Berga (a 9 km) y de Barcelona (a 100 km).

Un detalle es que Salt del Colom es más que un alojamiento de turismo rural independiente. Se ha remodelado totalmente pero conservando sus principales atractivos arquitectónicos utilizando materiales nobles y no dañinos para los visitantes.

La casa cuenta con 2 habitaciones de matrimonio, 2 habitaciones triples y 1 habitación doble; todos con baño en cada habitación, una cocina equipada con lavaplatos, microondas, nevera, lavadora y horno.

A esto se agrega un salón para las reuniones y la tertulia con televisión, equipo de música, DVD, calefacción, chimenea, porche con barbacoa y sala de juegos.

Mientras que en los exteriores se ofrece un cobertizo con barbacoa, zona infantil, ping-pong y futbolín; huerto con jardín, estanque de agua natural apto para el baño, terraza , zona de aparcamiento y granja de animales.

Otro detalle es que hay una sala de Spa y sauna con el equipamiento necesario para relajar el cuerpo y la mente en un entorno inigualable.

En cuanto a las actividades al aire libre y de aventura, la comarca del Bergueda permite practicar el senderismo, recogida de setas, escalada, montañismo, paintball, rutas a caballo, trekking, rutas 4x4, pesca, parapente, bicicleta de montaña, esquí sumado a actividades culturales con visitas a museos y monumentos como el Santuario de Queralt, los Jardines Artigas en la Pobla de Lillet o el Museo de las Minas de Carbón en Cercs.

A 4 km de la casona rural se halla Montclar que destaca por su Iglesia parroquial dedicada a Sant Martí; de estilo románico construida en el siglo XI que en su interior se conservan dos retablos barrocos así como otro de estilo neoclásico.

Atrayente también es una visita al pueblo de Casserres, a 8 km de L’Espunyola, cuyos orígenes se remontan a la época medieval de tal forma que aún se pueden ver los restos de un castillo que data del siglo VIII que, según las crónicas, jugó un papel decisivo en el proceso de repoblación y reconquista del territorio.